El lado B de las nuevas universidades públicas: ¿Qué dice el MEF y la comunidad educativa?

El lado B de las nuevas universidades públicas: ¿Qué dice el MEF y la comunidad educativa?

Luego de la reciente aprobación de 20 nuevas universidades nacionales en distintas regiones del país, las reacciones no se han hecho esperar. Aunque muchos celebran el avance hacia una descentralización educativa, lo cierto es que esta ola de nuevas casas de estudio también ha encendido las alarmas entre especialistas, autoridades del sector económico y académicos.

¿Es viable financieramente este proyecto? ¿Qué consecuencias podría traer a futuro? Aquí te contamos el otro lado de la historia.

Un presupuesto ya al límite: la voz de alerta del MEF

A pesar del entusiasmo con que el Congreso impulsó la creación de estas nuevas universidades, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) no ha tardado en expresar su preocupación. Según el Instituto Pulso Fiscal, cada universidad representará un costo inicial de S/ 2.5 millones anuales, lo que se traduce en un gasto de casi S/ 90 millones al año al sumarse a las 14 universidades públicas creadas en 2024.

Adrián Rodas, economista y CEO de dicha entidad, advirtió que estos montos solo contemplan la operación inicial. A medida que se implementen proyectos, infraestructura y se contrate personal, el gasto se incrementará notablemente. En momentos en que el Perú atraviesa su segundo año consecutivo con déficit fiscal, el panorama es complejo.

Esto nos lleva a una pregunta clave: ¿qué tan sostenible es continuar expandiendo el sistema universitario público bajo estas condiciones económicas?

Y eso no es todo. Rodas también remarcó que el Congreso ha creado más universidades en los últimos dos años que en toda la década anterior, lo cual podría desequilibrar aún más las finanzas públicas si no se ajustan otros rubros de gasto.

Educación sin planificación: ¿dónde está el sustento técnico?

El problema no solo es económico. Desde el enfoque educativo, expertos como la exministra Marilú Martens cuestionan el criterio técnico detrás de estas decisiones legislativas. Según su análisis, la creación de nuevas universidades debe estar respaldada por estudios serios sobre la demanda educativa, las necesidades regionales y el tipo de carreras requeridas.

“Estamos en medio de una crisis educativa, y no podemos seguir improvisando. No se trata solo de abrir universidades, sino de asegurar calidad en todos los niveles”, indicó Martens.

El Centro para el Análisis de Políticas Públicas de Educación Superior (CAPPES) reveló además que muchas de las universidades creadas entre 2007 y 2011 no alcanzaron ni el 10% de la matrícula esperada. Esto se debe, entre otras cosas, a la falta de docentes calificados y a que los jóvenes aún prefieren estudiar en instituciones reconocidas en Lima.

A esto se suma que el costo anual por alumno en estas universidades de provincias triplica al de una universidad regional, lo cual vuelve a poner el foco sobre la eficiencia del gasto público.

Baja ejecución presupuestal: una piedra en el zapato

Otro punto crítico que agrava el debate es la capacidad de ejecución de presupuesto en las universidades públicas actuales. De acuerdo al Portal de Transparencia Económica del MEF, en los últimos cinco años, el promedio de ejecución presupuestal de las universidades ha sido apenas del 67%.

En 2024 se logró un 76.69%, pero aún hay instituciones que no llegan ni al 50%. Ejemplos como la Universidad Nacional Intercultural de Quillabamba (Cusco), con solo 38.7% de ejecución, o la Universidad Nacional Intercultural Fabiola Salazar Leguía de Bagua (Amazonas), con apenas 20.7%, evidencian las debilidades del sistema.

Esto plantea una interrogante clave: si las universidades actuales no logran ejecutar su presupuesto de manera eficiente, ¿qué garantiza que las nuevas lo hagan?

¿Más universidades o fortalecer las existentes?

Frente a este panorama, especialistas proponen una ruta alternativa: fortalecer las universidades existentes y fomentar la educación técnica de calidad. Según Martens, sería más eficiente que universidades emblemáticas como San Marcos o La Molina abran filiales en regiones, en lugar de crear nuevas instituciones desde cero sin planificación.

Desde el Instituto Peruano de Economía (IPE), Víctor Fuentes coincide en que la productividad no aumentará con más universidades, sino con una mejor adecuación entre la oferta académica y la demanda laboral. La OCDE indica que el 80% de la demanda laboral está enfocada en técnicos, pero en Perú hay un déficit anual de más de 300 mil profesionales técnicos.

¿Y ahora qué sigue?

Mientras las universidades aprobadas en 2024 aún no entran en funcionamiento y las de 2025 apenas formarán sus comisiones organizadoras, el Congreso ya tiene en la mira más propuestas. Solo en los primeros meses del 2025 se han presentado más de 20 proyectos para crear 28 universidades adicionales.

El debate está servido: ¿estamos construyendo un futuro educativo sólido o simplemente alimentando un sistema poco sostenible?


¿Quieres saber en qué regiones estarán estas universidades y qué carreras ofrecerán? Lee la primera parte de esta nota aquí 👉 Aprobadas 20 nuevas Universidades Nacionales